martes, 4 de septiembre de 2012

Amores y sermones.


¿Cantidad o calidad?

¿Quererse mucho o quererse bien?

Yo me quedo con la calidad como pretexto significativo para justificar por qué lo nuestro no saldría bien nunca. Nos queremos mucho pero de una forma horrible. Nos hacemos daño queriéndonos. Nos hacemos daño estando juntos y estando separados. No hemos sabido querernos en la puta vida. Y el amor por muy infinito que sea (y permítanme decirlo si cabe, eso no me mide por tuenti) si no hace feliz no merece la pena. Y aunque joda reconocerlo nunca nos hicimos felices. Jamás de los jamases. Bah. ¿Intentarlo nosotros? Por supuesto, solo por demostrar mi teoría eh. Aunque sinceramente ojalá me equivocara, y sin que sirva de precedente pues soy tremendamente inestable emocionalmente, daría todo lo que tengo por equivocarme. Por creer que lo nuestro funcionaría en este mundo y en esta vida. Ya he perdido la cuenta del tiempo que llevo queriéndote así que o damos esto por zanjado de una puta vez o lo hacemos el error más grande jamás cometido.