martes, 22 de octubre de 2013

"Ni sumisas, ni devotas. Libres, lindas y locas" Con lo que tú vales.

Creo en la dignidad de la mujer, por encima de todo. Creo en su esencia de libertad.

Creo en nuestra capacidad de tomar decisiones sin necesidad de intermediarios, de tutores, de bufones que actúen en nuestro nombre. Creo y respeto cada apología que una mujer decide hacer de su cuerpo, cuando es consciente de cómo utilizarlo, de cómo disfrutar de él, sin coacción ni sumisión.

Creo en que, una mujer no nace para ser madre, ni para casarse, ni para ser ama de casa, ni para servir a nadie, ni a un marido ni a un dueño ni a nada que se le parezca. No somos objetos, ni medios para que otros logren un fin. Ni estamos obligadas a comportarnos como tal. Una mujer no nace predestinada, una mujer decide y actúa y todos deben respetar.

Creo en la totalidad de la mujer, como ser único, sin necesidad de estar al lado de un hombre para hacerse querer. Creo y admiro, a todas las mujeres que son capaces de amarse a sí mismas, por sí solas y que se enorgullecen de ello. A todas las que son capaces de vivir sin tener que complacer a nadie.

Siento un profundo rechazo a todas las asociaciones que fomentan la figura de la mujer como el sexo débil, con inferioridad , atribuyéndole unas causas que no le corresponden y para las que se censuran actividades solo por el hecho de no ser varón. Sí, querida iglesia, esto va por vos.

No creo y no soporto el machismo, pero aún menos lo tolero cuando se pronuncia en boca de una mujer, que acostumbradas al yugo capitalista y a esta sociedad donde resaltan los valores de los hombres por encima de todo, dicen cosas como “me ayuda en las tareas de la casa”, mujeres que se convierten en dependientes emocionales, que anulan su identidad de mujer libre, por estar al lado de alguien…

Odio los cánones de belleza, las modas y la publicidad sexista que nos venden, ¿Para qué sirven? Para modelarnos, para moldearnos como mujeres objeto o mujeres florero, siempre arregladas, maquillaje y tacones para gustar, para buscar la aceptación y para conseguir agrado, anulando nuestra personalidad como seres que piensan y actúan diferente, provocando nuestra total sumisión al medio machista.

Creo que temas, como el aborto, son un paso hacia adelante para conseguir una libertad plena en decisiones personales, dónde nadie debería entrometerse. (Tampoco usted, señor Gallardón)


Y creo, firmemente que no debemos dejar que nadie coarte nuestros sueños, que no debemos consentir que no se nos quiera en libertad y que no debemos aguantar a quienes no nos amen en igualdad, tolerancia y respeto, como seres independientes, únicos y LIBRES. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

La peor forma de olvidar, es la de no pensar en uno mismo.

Los que no pierden las ganas, aunque se las arrebaten todas. Los que creen que las oportunidades se fabrican. Los que sonríen y no se hacen las víctimas. Los que se levantan, se miran al espejo y se dicen “hoy voy a quererme más”. Los que valoran los detalles insignificantes y se emocionan con una canción sin sentido. Los que se inspiran en la vida. Los que sueñan cada día. Los que luchan a sabiendas de que nadie les ve. Los que creen en la verdad. Los que hacen frente a la debilidad. Los que defienden la igualdad. Los que siguen adelante. Y sobre todo, los que velan por la libertad.

Todos ellos, que son grandes personas y aun no lo saben porque nadie se lo ha dicho nunca. Cuando lo que dicen es que no importa lo que veas en el espejo que lo que vale es lo que salga en las fotos, que los abrazos son necesarios aunque no los pidas y que hay que aguantar traca si quieres recoger caricias.
La sociedad que nos vende que quererse a uno mismo está contraindicado si lo que se busca es el aprecio constante y a cualquier precio.

Pero es bueno quererse, quererse por encima de todo, sin bajar la guardia y le pese a quién le pese. Poner el ego en un altar pagano donde nadie alcance a tocarlo, saberse dueños de todas y cada una de las decisiones que se toman pensando únicamente en uno, diciéndoles un “que les jodan” a todos los que intenten hacerte creer que eso es egoísta.

Por encima, caminando sobre las utopías descalzas, que no te pisen, que no te arrastren y que nadie se atreva a cuestionar cuanto vales, porque de eso va la cosa ¿no? De no ponerse precio. (Y joder el capitalismo a base de trueques).

Quererse aunque eso sea malo, dañino y de hijos de puta, quererse a rabiar y estar orgulloso de ello.


No sentirse nunca un olvidado.