Creo en la dignidad de la mujer, por encima de todo. Creo en
su esencia de libertad.
Creo en nuestra capacidad de tomar decisiones sin necesidad
de intermediarios, de tutores, de bufones que actúen en nuestro nombre. Creo y
respeto cada apología que una mujer decide hacer de su cuerpo, cuando es
consciente de cómo utilizarlo, de cómo disfrutar de él, sin coacción ni
sumisión.
Creo en que, una mujer no nace para ser madre, ni para
casarse, ni para ser ama de casa, ni para servir a nadie, ni a un marido ni a
un dueño ni a nada que se le parezca. No somos objetos, ni medios para que
otros logren un fin. Ni estamos obligadas a comportarnos como tal. Una mujer no
nace predestinada, una mujer decide y actúa y todos deben respetar.
Creo en la totalidad de la mujer, como ser único, sin
necesidad de estar al lado de un hombre para hacerse querer. Creo y admiro, a
todas las mujeres que son capaces de amarse a sí mismas, por sí solas y que se
enorgullecen de ello. A todas las que son capaces de vivir sin tener que
complacer a nadie.
Siento un profundo rechazo a todas las asociaciones que
fomentan la figura de la mujer como el sexo débil, con inferioridad , atribuyéndole
unas causas que no le corresponden y para las que se censuran actividades solo
por el hecho de no ser varón. Sí, querida iglesia, esto va por vos.
No creo y no soporto el machismo, pero aún menos lo tolero
cuando se pronuncia en boca de una mujer, que acostumbradas al yugo capitalista
y a esta sociedad donde resaltan los valores de los hombres por encima de todo,
dicen cosas como “me ayuda en las tareas de la casa”, mujeres que se convierten
en dependientes emocionales, que anulan su identidad de mujer libre, por estar
al lado de alguien…
Odio los cánones de belleza, las modas y la publicidad sexista
que nos venden, ¿Para qué sirven? Para modelarnos, para moldearnos como mujeres
objeto o mujeres florero, siempre arregladas, maquillaje y tacones para gustar,
para buscar la aceptación y para conseguir agrado, anulando nuestra
personalidad como seres que piensan y actúan diferente, provocando nuestra
total sumisión al medio machista.
Creo que temas, como el aborto, son un paso hacia adelante para
conseguir una libertad plena en decisiones personales, dónde nadie debería
entrometerse. (Tampoco usted, señor Gallardón)
Y creo, firmemente que no debemos dejar que nadie coarte
nuestros sueños, que no debemos consentir que no se nos quiera en libertad y
que no debemos aguantar a quienes no nos amen en igualdad, tolerancia y respeto,
como seres independientes, únicos y LIBRES.