domingo, 15 de noviembre de 2015

Los 2000km que más duelen.


Se han caído los pétalos del rosal del jardín. Es que ha nevado. Ha hecho mucho frío estos últimos días. Tanto frío que parecía que el verano no iba a llegar nunca, como me dueles invierno. Camino despacio por el jardín mirando al suelo, las hojas, esparcidas por todos lados, como dueles memoria. Se oye una voz desde dentro que grita que es la hora de comer, decenas de personas en la misma mesa, risas, peleas... ¿Qué más se puede pedir? Se está caliente dentro. No hace frío como en el jardín. Me siento a comer, recuerdo cuando era niña. Cuando comía mirando los bichitos en la fuente, hormigas, escarabajos, mariquitas. Una cuchara por cada uno. No hacía frío cuando era pequeña y si hacía frío era divertido. ¿Cuánto puede llegar a doler una caricia? ¿Sabíais que la lluvia también quema? ¿Os he contado alguna vez que la distancia es una goma elástica que se encoje y se estira? ¿Cuánto duelen 2000 kilómetros? ¿Cuánto cabe en dos horas de avión?. En este país llueve demasiado y la lluvia ha roto los pétalos de rosa. Miro al suelo, estoy esperando a alguien. No para de llover, lleva días sin parar de llover. Recuerdo imágenes en movimiento, diapositivas felices van deslizándose por mi cabeza. No es nostalgia. Es dolor. Tengo las mejillas muy frías y la música a todo volumen. Camino mirando el andén, salgo fuera. No estoy nerviosa. Cojo el móvil. Quiero volar. Quiero lanzar una llamada de socorro. Un SOS. Un auxilio. Y sin darme cuenta estoy diciendo las palabras más desesperadas que he dicho en mi vida, en un grito de impotencia. Por favor. No espero consuelo. Eso no existe. Eso no existe cuando estás en otro país, a dos mil kilómetros de casa. Estoy helada de frío. Empapada hasta los huesos, aguantando la respiración. La gente me está empezando a mirar raro. El pulso ha decidido temblar. Mensajes. Caricias. Quisiera saltar. ¿No hay un trampolín que cruce el mar?. ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas de mí? Yo no he dejado de pensarte. Intento de sonrisa. Abrazo. He caminado por la calle como si recorriese tu casa, siempre estás abajo esperando, sonriendo. Quizá... quizá no hubiera estado tan loca como para venirme aquí a hacer dios sabe qué y ahora estaría allí. Quizá hubiera hecho lo que todo el mundo hace. Quizá todos tengan razón. Quizá sea yo la loca equivocada. Quizá haberme quedado en mi país. Quizá haber buscado un trabajo normal. Seguir estudiando. Estar con los míos. Ahora no estaría pasando frío. No estaría empapada y sola. Tan sola. Estaría contigo. Quizá... todo esto es un error. Esta locura. Recuerdo la conversación:
- Me voy a Londres.

- ¡Eso está muy lejos! ¿Y para qué quieres aprender inglés?

- Voy a ayudar a la gente que no tiene las mismas oportunidades que nosotros.

Esto va a merecer la pena. Y tú, donde quiera que estés vas a estar orgullosa de mi. Aunque hoy esté lejos. Aunque nos hayan faltado abrazos. Voy a compensar cada uno de ellos. Voy a abrazar mucho. Voy a agarrarme a esto con uñas y dientes. Para que este días, lejos de ti, no pase en vano. Sé que sabías que te quería. Y que hubiera dado lo que fuera por estar contigo. Pero no he dejado de pensarte ni un segundo.

Ni lo haré nunca.


Siempre estaremos cerca. 

martes, 6 de octubre de 2015

Los círculos no pueden hacer barricadas

Ella estaba en la orilla del mar mirándose las muñecas, quería asegurarse de que las venas aún seguían en su sitio. Demasiado tarde para romperse los dedos, aunque los nudillos pensasen otra cosa. Acababa de partirle la cara a una chica que se había cruzado en su camino. Ella iba caminando en línea recta y alguien se puso en medio. Rompió sus esquemas y no tardó ni dos segundos en reaccionar. Se asustó y le pegó una paliza, la dejó inconsciente en el suelo sangrando por la nariz, sin pensar en nada. Porque uno no piensa en nada cuando va a romperle la vida a alguien, aunque todos digan que si para disimular esa falta de empatía que demuestra que talento y corazón van unidos. La dejó tirada y se fue sin mirar atrás. Tenía pánico a mirar atrás, nunca se le dio bien aceptar el pasado. 

Ella vivía caminando mirando al cielo, era lo único que sabía hacer. A veces se sentaba en un banco detrás de un árbol y dibujaba círculos. Le gustaban los círculos, no tenían fin. Quizá ella pensaba que caminaba en círculos y no en una línea recta, quien podría saberlo. 

Era una bruta, rompía con todo, nadie sabía llevarla, estaba tan desquiciada que pensaba que podía cambiarse a sí misma. Ella no quería cambiar el mundo, sino cambiarse a sí misma, qué locura... Que no veía pajas en ojos ajenos sino una viga cargada sobre sus pestañas siempre antes de dormir.

Quería haber sido cantante, pero las notas musicales no van en línea recta y ella no sabía caminar torcido. Culpaba de su fracaso a la visión en túnel. Que poco audaz fue. Con todo el sentimiento a flor de piel que tenía. Alguien debería haberla dicho que el mejor estribillo de una canción era el sonido de su risa. Que el mejor acorde era ella recogiéndose el pelo. Tarareaba cuando se agachaba a recoger las piedras de su camino recto para tirarlas a la cuneta sin saber que eso la impediría tomar alguna curva.

Era una desgraciada. Daba lástima. No estaba enamorada. No era bonita. No era risueña. No era coqueta. No era buena trabajadora. No era buena estudiante. No era buena mujer. Ni siquiera estaba perdida aunque todos la buscaban. La buscaban los que querían cambiar el mundo.

Cuando estaba en la orilla del mar, alguien apareció. Se fue acercando poco a poco para no asustarla y parado al lado de ella dijo:

- Queremos ayudarte.

- Queréis ayudaros a vosotros mismos. - Ni siquiera le miraba.

- ¿Por qué dices eso?

Sonreía. - Porque no habéis sido capaces de ayudaros a vosotros mismos, vuestra conciencia no puede asimilar eso y os pide que salvéis a alguien para compensarlo.

- Vamos a casa, anda y lo hablamos tranquilamente que algún día te vas a meter en un problema serio...

No había problemas serios para ella. Los demás solo contaban las hostias que daba a las demás chicas, pero por dentro ella se machacaba cada día. Eso no cuenta. La policía no viene a detenerte porque te estés pegando por dentro. Qué mierda es eso, dirían. Llama a un psiquiatra, la niña está loca.

Dejó de mirarse las muñecas y le siguió a casa. Él hizo una broma para que se riera y ella empezó a sonreír mientras se recogía el pelo.

- Quiero ser un círculo.


- Las líneas rectas no pueden ser círculos, eso se nace, no se hace. Mañana mismo vamos al médico. Estás loca, niña. 

martes, 1 de septiembre de 2015

Coleccionando metáforas mi sur. Quién lo dio por perdido.

De lluvias y raíces que se han pasado haciendo vida.
De huracanes y gritos que nos han dejado sordos cerrando puertas de un golpe.
De vientos y mareas bajas que han enloquecido arrastrando el pasado.
De pegar con celo la luna porque era la única manera de vivir recomponiendo almas.
De abrazos y alas que día tras día siguen cosiendo razones.
De cervezas calientes que se llenan fortaleciendo amigos.
De mares y cielos grises que no llegan a fin de mes coloreando momentos.
De amaneceres utópicos irónicos, anocheciendo días cansados.
De soles de media noche que no paran de mentir inventando excusas.
De auroras boreales de colores fluorescentes que se han vuelto ateas escribiendo canciones punk.
De ecosistemas perdidos entre ríos inertes piden en el metro coleccionando metáforas.

Y ahí está, haciendo vida mi norte. Quién lo iba a sospechar.
Y ahí le ves, cerrando puertas de un golpe, mi dedo corazón. Quién lo iba a señalar.
Y ahí avanza, arrastrando el pasado, mi olvido más reciente. Quién lo iba a recordar.
Y ahí regresa, recomponiendo almas ,mi compañera de al lado en el penúltimo avión. Quién lo iba a predecir.
Y ahí lo tienes, cosiendo razones mi siguiente paso de cebra. Quién lo iba a dibujar primero.
Y ahí estalla, fortaleciendo amigos, mis 2000km de distancia. Quién lo iba a separar.
Y ahí camina, coloreando momentos mi lápiz de escribir. Quién lo iba a llorar.
Y ahí lo imaginas, anocheciendo días cansados, mi última cama donde te vi soñar. Quién lo iba a mirar dormir.
Y ahí agoniza, inventando excusas mi mensaje a deshora. Quién lo iba a bailar el agua.
Y ahí escupe, escribiendo canciones punk mi última vez con la guitarra. Quién lo ha visto y quién lo olvidó.
Y ahí termina, coleccionando metáforas mi sur. Quién lo dio por perdido.


Yo no creo en las casualidades, las cojo, las uno, las lanzo y vuelvo locas. Y que vuelvan.

domingo, 26 de julio de 2015

Chasquea los dedos, el mar está de nuestra parte.

Siempre lo supo. Siempre supo que los besos se crean del papel, igual que los libros. Y que ambos arden igual de bien. Que las historias nacen de chispas que se vuelven inmortales en un segundo, porque lo inundan todo y todo es todo, claro.

Siempre lo sospechó, que si juntaba historia y beso no podía salir nada bueno, nada normal… Que las cenizas arden y la arena apaga. Y que el viento fortalece y extiende el fuego y estos palos aún no se han cansado de arder y yo que sé, que ha coleccionado todos los ingredientes del cóctel molotov de su vida y está jugando con gasolina que quema igual y es más cara. Y que tiene las de perder. Y que pierde. Y que vuelve a perder. Y que volverá a perder. Y que qué hijo de puta es el fuego. Y que cuanto tiempo sin decir hijo de puta.

Que la vida es una noche mirando la hoguera de una playa perdida esperando que pase algo, que a una chispa del fuego le dé por saltarse las reglas y haga estallar todo por los aires. Ese milagro. Esa curva mal cogida, ese termómetro rompiendo los barómetros. Joder con la suerte, joder con los besos mal dados. Joder con tu piel. Cuantas putas hogueras dejadas a medias, abandonadas. Como si tal cosa.

Pero no se le puede culpar, porque siempre lo supo. Siempre lo sospechó y aun así apostó y jugó y perdió y acabo de barro hasta el cuello. La puta conciencia en carne viva. Otra vez.


Ahora está bailando en la arena, justo delante de mí. Tiene el pelo alborotado cayéndole por la cara, salta y ríe y habla de unos sueños o algo así, brinda con agua salada y dice que el mar es su castillo. El castillo que cuida su hoguera. Ha tachado una dedicatoria de un libro viejo y está tirando las páginas de él a la hoguera. Día a día. Diario a diario. Beso a beso. Historia a historia. Llama con llama. Chispa con chispa. Y ¡Boom! 

Así pasan los milagros... Ardiendo... Tan despacio que piensas que todo ha pasado en una milésima de segundo. 

miércoles, 15 de abril de 2015

No sé de arte porque mis ojos y mis manos siempre se adelantan a mi cabeza...

RUBENS – THE RAPE OF THE SABINE WOMEN



¿Sálvese quien pueda valdrá también para la religión? Para curarse de qué, de quién…. Hay un cielo abierto al fondo que no se atreve a conjugarse con las plegarias de los súbditos de nada, un arco del triunfo contra todo pronóstico y un señor que se cree más alto solo por estar sentado en un trono. Hay gente desdibujándose por el camino y piernas enseñando vida. ¿Somos vidas? ¿Somos solo pedazos? Seguro que Rubens se preguntó si Dios habría querido crear esto, el verde, la pureza, las miserias, el cielo, la luz, lo terrenal, lo divino. Todo en el mismo cuadro, en el mismo lienzo, bajo la misma mirada… 



RUBENS – AN AUTUMN LANDSCAPE WITH A VIEW OF HET STEEN IN THE EARLY MORNING



Hay un Castillo y el verde se mezcla con el marrón, la vida con la muerte, lo que somos con lo que fue, con lo que seremos. Hay gente labrando la tierra por delante del castillo, qué de ironías, no ha cambiado nada, el tiempo nos sigue llevando al mismo sitio. Las ramas caídas, las ropas viejas y la esperanza al fondo. Pero cambiaremos el mundo, somos el martillo y el clavo, somos la semilla que da vida. En el cielo hay muchas nubes, yo creo que es para que Dios no pueda ver nuestros planes y romperlos o porque se avergüenza de lo que ha hecho. Las cosas cambiarán, vamos a quitar las agujas al reloj y el tiempo se inclinará ante la naturaleza renaciendo, la vida y la justicia. 



CANALETTO – VENICE: THE UPPER REACHES OF THE GRAND CANAL WITH S.SIMEONE PICCOLO


La calma, el silencio, la gente moviéndose a cámara lenta y el río congelándose para la foto. La textura de las pinturas y los colores, la claridad del cielo, la paz.
Parar el tiempo, hacerse inmortal, volar despacio. La profundidad de un lienzo que te dice que la paz es posible. La perspectiva, los sueños, las góndolas juntas porque juntos estamos avanzando hacia adelante para despejar las dudas de que habrá al final de río. “Ojalá pudiera pisar el mar para no ahogarme”
Dame un poco de blanco para las nubes, que yo te pinto la victoria. 



TURNER – CALAIS PIER. AN ENGLISH PACKET ARRIVING




Al borde del abismo, el mar, las olas y el miedo pintados con los mismos colores. Se ve la luz pero eso no significa que la tormenta haya pasado, solo es un hilo de esperanza para que sigamos adelante.
¿Qué dirán? ¿En qué pensarán? Hay una vela blanca y otra negra y ninguna diferencia más entre ellas. ¿Se ahogarán por igual? ¿El bien y el mal en el fondo buscando el mismo final? Bajo la misma luz, pisando el mismo mar. Un hundimiento, un naufragio, un día cualquier en cualquier vida. Mañana, tarde y noche. Lo que somos contra lo que no queremos que nos pase. Siempre luchando, siempre confiando en que las cosas cambiarán y todo saldrá bien. Siempre luchando. 



CONSTABLE – CENOTAPH TO THE MEMORY OF SIR JOSHUA REYNOLDS



Déjame salir de la prisión, aparta los barrotes, soy libre, no finjas que no lo sabes… No me mires como miró el fotógrafo al buitre que se iba a comer al niño en África, no me mires con ojos de valentía, de ambición por costear mi imagen a las masas de descomunicación. Tira las fronteras, imagíname saltando, imagíname feliz. No me encuadres en un marco como si me estuvieras metiendo en un régimen fies y luego solo te limites a hablar de los tonos pastel del cuadro. No escribas mi epitafio bajo tu nombre, ni dibujes las escaleras al infierno tras de mí, donde me condenarás si no hago lo que dices. No me vistas con mi propia mortaja. No calles. No me mates, no seas cómplice. No hagas de esto una concertina. 



DA VINCI- THE VIRGIN AND CHILD WITH SAINT ANNE AND SAINT JOHN THE BAPTIST



Sólo un lápiz. Los esbozos rozando la indiferencia de quién sabe que lo logrará. El lienzo como si el tiempo no hubiera pasado por él. Las caras de tranquilidad, de satisfacción, las sombras…
Las manos no han sido dibujadas y parece que nadie las echa de menos. Le faltan versos al cuadro porque solo de mirarlo quedas mudo. Y el tiempo no se atreve a borrar estos esbozos, ni a intentarlo si quiera. El tiempo no pasa por él y todo está en paz y en calma. Es el mundo entero en una imagen.




Escribí esto la mañana del 5 de marzo en la National Gallery de Londres. Es lo primero que se me pasaba por la cabeza mientras miraba los cuadros, no he cambiado ni una coma. Reconozco que con el último me fue muy difícil sacar algo en claro, pero mi cabecita se quedó a gusto. Y algo así es el amor a primera vista. Que nadie se atreva a poner en evidencia lo que dicen los ojos. 


martes, 24 de febrero de 2015

Todo lo que posees...

Que lleva años esquivando el atajo que coge el rímel cuando no para de lloverle en los ojos, años buceando por tragos mal dados y hostias mal repartidas, años diciéndole a la suerte que ella no va a ser una más. Años pasando por alto las cimas más grandes de su vida, dejando pasar los trenes que siempre dijeron que solo pasaban una vez. 

Que se ha aprendido de memoria las excusas de la historia para ignorarla, las mentiras de los hijos de puta y los ecos de quienes dijeron hablar de verdad. 

Que los años no le han pasado en vano, que las arrugas son más vuestras que suyas, pero la marca que dejan los dientes también serán vuestras. Que lleva años escuchando las mismas canciones que hablan de felicidad hasta que te convencen de que lo eres, que lleva años hasta los ovarios de escuchar el mismo traqueteo dentro y fuera de cada elemento que forma su casa. Que el único vicio malo que tiene es el de serviros la comida caliente y hacer que os creáis que nació para serviros. 

Que pasan los años y se le acumulan los arrepentimientos de lo que pudo ser y no es, de lo que pudo ser ella y no la dejasteis ser. Que las canas de su pelo son la sombra del camino correcto, que sus ojeras son un poema que nadie se atreve a leer en voz alta, que sus manos están marcadas por los cristales de la vida que se le hizo añicos entre sus brazos y las rodillas son quienes pagan las facturas en casa. 

Pero ella no va a ser una más, porque hoy se le ha quedado un día precioso para pasar página y romper el libro en mil pedazos, hoy ha hecho estallar las ventanas que no asomaban a ninguna parte, hoy le ha robado las rimas a los versos, los labios a los besos y los años a la vida. Hoy ha visto las cicatrices que merodean por su cuerpo recordándola las cosas que un día juró no hacer. Y hoy ha decidido dejar de cometer la locura de seguir siendo quien vosotros queréis que sea. Porque aunque de ojos para fuera parezca inerte, está viva, tan viva como cuando tenía veinte años y no pudo elegir lo que sería ser porque otros ya habían escrito su camino. Tan viva como para mandaros a tomar por culo con 50 años y empezar de cero, empezar a decidir, empezar a vivir…

Y este texto va dedicado a todos los hijos de puta que se creen con derecho a decidir directa o indirectamente sobre la vida de otra persona, sea en nombre de quien sea y sean las razones que sean. 

martes, 6 de enero de 2015

Un elefante se balanceaba sobre la torre de marfil...

Tengo una carrera y ahora trabajo en una multinacional de comida rápida por el sueldo mínimo en un país que no es el mío. Más de la mitad del sueldo se va en alquiler y transporte.
Miles de personas podrían comenzar así el relato de la precaria situación que viven como emigrantes porque se han visto obligados a abandonar su país de origen en busca del futuro que soñaban, o simplemente de un trabajo con el que ser independientes que en este caso, España, les ha negado una y otra vez.

No es mi caso. Yo no soy una emigrante forzada. Yo salí de España por voluntad propia con el objetivo de aprender inglés para desarrollar mi carrera profesional en el campo en el que me gustaría trabajar. No eché curriculums en mi país. No hice cola en el INEM. No esperé nerviosa ninguna entrevista de trabajo. No me desesperé porque se acababan las opciones. No vi como única salida escapar al extranjero. Y sin embargo, estoy aquí como una más.

Vine para aprender inglés, para cambiar experiencias, vivir… Y sin embargo, la vida siempre tiene un plan para ti aunque no lo elijas.

He pasado las navidades aquí y aunque me hubiera gustado volver a casa no he podido. No he podido porque necesitaba el dinero del trabajo para mantenerme. Nada de caprichos. Vivir… Y si durante todo el tiempo antes de las navidades tenía dudas sobre lo que quería hacer con mi vida, estas navidades han servido para despejar todas las incógnitas.

Tengo un trabajo precario por el sueldo mínimo y muchos pensarán, si has salido voluntariamente vuelve, estudia un Master, intenta buscar trabajo como terapeuta en España… Tal vez ese sea el camino más fácil cuando no te gusta algo, huir. Y mira que yo siempre he sido de huir, pero esta vez, me quedo. Me quedo porque hay que tocar con tus propias manos la vida y el mundo que te rodea para poder cambiarlo. Me quedo porque hay que saber lo que es estar debajo del sistema para odiarlo. Me quedo porque es cierto, que hasta que no nos pasa, no nos preocupa. Me quedo porque abandonar no es la solución, porque si yo me voy otro ocupará mi puesto, otro tendrá que quedarse aquí en sus navidades, otro tendrá que pringar para seguir alimentando las bocas que engorda el dinero. Y eso no puede pasar indiferente. No nos la puede sudar. Yo, puedo elegir volver a casa cuando me de la gana solo por haber nacido en la Unión Europea pero alguien de fuera no puede tomar esa decisión. Y eso no nos la puede sudar. Porque ni yo elegí donde nacer ni la otra persona lo eligió. Que la soledad mate, no nos la puede sudar. Que no todo en el puto continente son fiestas, viajes,  amigos… Que eso es viajar sin salir de la burbuja.  Y el mundo, desde la torre de marfil se ve muy bonito porque los árboles tapan la basura del suelo.

Y no sé si soy emigrante, si soy exiliada ni si hace falta clasificación porque aquí todos estamos pasando por lo mismo aunque pringuemos por diferentes razones. Pero estas navidades he pinchado la burbuja, he hecho saltar por los aires toda la mierda egoísta que llevaba dentro y me he abrazado a ella como quién se abraza a la esperanza de que algún día cambiaremos las cosas.  De que algún día no habrá ciudadanos de segunda ni de tercera y ese Dios por el que celebráis las navidades tendrá que rendir cuentas a todos aquellos que lloran por las injusticias de la mierda de mundo que estamos consintiendo que construyan.

Y todo el rato veo por las redes sociales putos resúmenes de años personales, pero nadie se acuerda de ellos, de los que no han venido pero siguen estando y quisieran estar. Y ya ves... 


Que vine para aprender inglés y al final, mira, como siempre, estoy aprendiendo de la vida.